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DEHESA ROYO PIÑÓN
DEHESA ROYO PIÑÓN Junto a que durante la agradable cena de grupo estábamos todos hablando del fuerte viento que se había levantado, y que no parecía un buen agüero, para remate amaneció lloviendo. Pero mientras saboreábamos las migas, especialmente buenas, ya en el cortijo y mientras se comentaba la calidad de las vistas entre los que no conocen esta espectacular finca, pareció que al menos la lluvia se acabaría poniendo de nuestra parte al parar, cosa que no hizo el viento en todo el día. Con los caminos oreando el barro por el fuerte viento, nos dispusimos a cazar esta ya famosa mancha consolándose alguno con que si bien parecía que el viento fastidiaría el día, al menos la vista de los paisajes era algo que ya nadie les podría quitar. Pues bueno, como ya sabíamos que ocurriría los que si conocemos la finca, con o sin viento, según sonó la trompeta comenzó un constante tiroteo que no cesó en todo el día, hasta que se decidió dar por terminada la montería por lo tarde que se hacía, no porque parasen de entrar reses cuyo desfile parecía no tener fin. El contador de tiros pasaba los 500, y las reses que se cobraron, que fueron la práctica totalidad, algunas con gran trabajo, fueron más de 130
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